Entre los
días 7 y 11 de junio estuvimos en el Camino desde Lugo a Santiago, haciendo un
pequeño tramo del llamado camino Antiguo entre Lugo y Melide.

Habíamos llegado el día 6 a Lugo a media tarde, dejamos el coche en un aparcamiento y después de hospedarnos en el hotel Méndez Núñez, muy recomendable por cierto, dimos la vuelta a la muralla que es lo clásico, al atardecer como ya amenazaba comenzó a llover, estuvimos haciendo una tournée de bares, por el casco antiguo hasta la hora de la cena, en la pulpería el Candil debajo de la muralla en la plaza de Ocantiño, tomamos la segunda cata de Pulpo la primera había sido en Ocebreiro en un sitio que no es digno de mención.
Toda la noche llovió
torrencialmente, en el desayuno estábamos mentalizados para estar todo el día
en remojo, pero surgió otro problema que seria actualidad todas las mañanas los
Ronquidos, cruce de acusaciones de ver quién era el roncador pero nunca llego
la sangre al rio aunque a veces falto poco.
Según salimos del hotel nos cayó un chaparroncillo pero poca cosa, nos pasamos por la Catedral para comenzar la etapa con su sello en nuestra credencial pero tuvimos que desistir pues había que esperar hasta el final de la misa lo que nos retrasaría mucho.
Salimos por la puerta de Santiago y
comenzamos el descenso hasta el rio, lo cruzamos y comenzamos a remontar por el
otro lado un repecho tras otro, el día fue mejorando salió el sol, después de
llevar un buen rato caminando descubro que no he afinado mucho el macuto y pesa
bastante más de lo esperado.
Se ha quedado un día esplendido y el camino parece bastante bueno, según nos vamos alejando de la ciudad vamos siendo envueltos por una vegetación muy exuberante, nos empieza a entrar algo de hambre por lo que estamos atentos para no dejarnos pasar ningun bar en el camino donde parar a beber algo, atravesamos algunos bosques y varias aldeas llegamos a Bacurin donde se anuncia un bar, nos tomamos unos bocatas con sus respectivas cañas y allí conocemos a un italiano que en lugar de llevar macuto lleva una especie de carretilla de la que tira con un arnés, es de los mas curioso.
Bien comidos nos fotografiamos junto a la iglesia de San Miguel con cementerio y todo, retornamos al Camino y continuamos la andadura unas veces por carreteras locales y otras por Corredoiras pero siempre en medio de una naturaleza espectacular, el camino aunque bueno es ondulado y las cuestas arriba se suceden seguidas de las bajadas, los kilómetros van pasando y seguimos en la duda sin aclarar si la etapa es de 30 o 27 kilómetros pues los carteles y la información que tenemos es contradictoria.
La idea era hacer 20 Km por la
mañana y 10 por la tarde Luis nos llevaba engolosinados con un restaurante meson de Crescente del
que hablaban muy bien en todas partes, cuando llegamos vimos que tenia muy buen
aspecto por fuera pero nos sorprendió por dentro, era un comedero y no de los
mejores, por el dinero que nos cobraron que no fue mucho se pueden tomar menús
del día estupendos en muchos sitios, repuestos de la desilusión volvimos al
Camino a recorrer bosques y subir lomas, a la salida de San Román de Retorta pasamos junto a una columna romana que
señalaba una anttigua calzada que tomamos, al poco comienza a llover y como pardillos nos ponemos
los chubasqueros para 5 minutos que es lo que llovió.
Cuando ya estamos más que aburridos de caminar llegamos por fin a Ferreira, damos varias vueltas hasta dar con la casa rural Ponte, donde nos alojaremos esa noche, el edificio esta bien y la decoración de las zonas comunes es acogedora pero las habitaciones son pequeñas y el baño cutre, sobre todo si lo comparamos con el hotel de Lugo y encima nos costó menos, la comida es correcta y son muy amables, se ofrecieron a lavarnos la ropa.

Damos unas vueltas junto al puente romano que da nombre al lugar, cenamos y por estirar las piernas nos acercarnos al alberge nuevo a tomar unas infusiones, que para algunos fueron aguardientes con el consiguiente cachondeo de los hospitaleros, después de lo cual desandamos el camino saltando de piedra en piedra para sortear el barro y nos retiramos a dormir unos, a roncar otros y a fastidiarse.
A partir de aquí el ambiente del camino cambia muchísimo hay mucha mas gente de diferentes orígenes, los peregrinos lo invaden todo y parecen el motivo de la existencia de la población, por la noche fuimos a cenar a la otra pulpería, Garnacha este si era el local que Luis conocía también comimos las consabidas raciones de pulpo, que también estaba muy bueno, a mi personalmente me gusto mas el de Ezequiel.
Al día siguiente fuimos hasta Arzua que era la etapa mas corta del recorrido, salimos también sobre las 8,30, como no me cansare de comentar el recorrido es precioso atravesando bosques por corredoiras, paramos a media mañana a picar algo y medio comimos llegando a la hora de comer a Arzua lo malo es que nuestro hotel esta al otro lado del pueblo a las afueras y tuvimos que patearnos toda la localidad hasta llegar al hotelSuiza, que no esta mal pero un poco a trasmano, volvimos a comer no se bien porque; por la tarde fuimos al pueblo, Jesús quería comprarse una camiseta y ya puestos de compras entramos en una ferretería y nos compramos un molinillo de café de los antiguos de manivela y cajoncillo, también conocimos el ambulatorio de la SS a uno le dolía la rodilla, tendinitis y antinflamatorios lo habitual del Camino, estuvimos acompañando a los futboleros viendo un partido de la Eurocopa.
El día 10 salimos rumbo a Arca a primera hora de la mañana estuvo lloviendo lo cual magnificaba el verdor de los bosques, que íbamos atravesando, llegamos sin ningún incidente y como de habitual la pensión Arca donde pernoctaríamos también estaba al otro lado del pueblo, con unas habitaciones mucho mejores que otras, me toco la buena; nos fuimos a intentar comer pues al estar el pueblo en fiestas y ser domingo había muchos sitios cerrados, nos costó dar con uno pero luego vimos que en esa misma calle había varios sitios donde comer pulpo.
Cogimos un buen sitio en el bar con buena vista de la pantallas de televisión, pues a media tarde ponían el partido de la Eurocopa, España Italia y querían tener asientos preferentes, unos nos fuimos a descansar un rato después de comer, otros se quedaron cogiendo sitio para no perderse el evento, a la vuelta de la siesta vimos el partido y nos fuimos a ver la iglesia del pueblo, la vimos por los pelos pues ya estaban cerrando, esta iglesia tiene la particularidad de que tiene una inmensa Vieira en el altar mayor, una vez santificados nos fuimos a la verbena donde había una actuación, pero el publico brillaba por su ausencia, para nosotros es un fenómeno que descubrimos en Arzua que también estaban en fiestas y en la actuación del grupo había unas cinco personas.

Hoy es la ultima etapa Arca Santiago serán unos 20 Kms y para no tener problemas con los macutos en Santiago los enviamos con el trasportista que los deja en la consigna y nos evitamos portearlos por todo Santiago al aproximarnos a la ciudad se pierde algo de la magia del Camino, tenemos que atravesar urbanizaciones rodear el aeropuerto lo peor es que durante toda la mañana nos persigue la lluvia en forma de aguaceros no chirimiri, menos mal que son breves, al bajar del Monte delGozo, desde donde ya se ve Santiago, comienza una ligera cuesta que es la entrada a Santiago, se hace eterno hasta que llegas al casco antiguo y por fin entras en la Plaza del Obradoiro, fotos a todo pasto.
Dimos una vuelta por la Catedral pasando entre los andamios de la restauración del Portico de la Gloria, paseamos un rato por el interior, que te relaja el espíritu, nos fuimos al centro de atención al peregrino donde nos dieron la Compostela, diploma acreditativo de haber realizado andando al menos 100 kms, con el deber cumplido nos fuimos a recompensar al cuerpo y el paladar a la calle del franco, intentábamos buscar un sitio que conocíamos de veces anteriores pero no dimos con el, entramos en Sixto comimos bien pero nos salio un poco caro, pero mereció la pena, Pulpo, merluza, chuletones todo bien regadito, postres a gogo o sea un desparrame.
A media tarde tomamos el autobús en dirección a Lugo, durante el viaje nos echamos una buena siesta; de nuevo dormimos en el hotel Méndez Núñez y por la noche fuimos a cenar al restaurante OCantiño, donde no tomamos pulpo, ya nos salía por las orejas, pero todo lo que comimos estaba buenísimo.
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