lunes, 2 de julio de 2012

V.V. Logrosan Villanueva de la Serena. Puente de San Isidro.


Como nada es perfecto en este viaje también nos falto una de las habituales, pero a cambio vino Carmen que aunque no es habitual, ya hemos hecho algunos recorridos con ella por Madrid, me vino muy bien porque así no fui solo en el viaje. 

Llegamos al alojamiento, complejo rural  el Prado, donde pasaríamos estos días, este establecimiento ha conocido tiempos mejores, esta falto de mantenimiento, la realidad no se corresponde con las expectativas creadas en la pagina web.


Poco antes de las 13 horas, hacia bastante calor, pero nos lanzamos con nuestras bicicletas en dirección a Cañamero, que aunque no es vía Verde perdura el trazado de la antigua vía del ferrocarril sin rehabilitar, por discrepancias entre los ayuntamientos y Adif, han hecho un camino paralelo a la línea ferroviaria, pero mucho peor que llaman Caminos Naturales.















Nosotros nos fuimos por el trazado del ferrocarril, al principio sin problemas, llegamos a un túnel y nos metimos dentro, debía tener menos de 500 metros anduvimos con cuidado pues no todos llevábamos linternas y podía haber algún bache profundo, cuando estábamos a menos de 100 metros de la salida vemos que esta inundada con un palmo de agua, empezamos a dudar si seguir o dar la vuelta y como no llegamos a ningún acuerdo optamos por retroceder y buscar otro camino, salimos del túnel y tomamos un camino que subiendo por el monte nos dejo al otro lado del túnel con una estupenda bajada y cruzándose con el Camino Natural que por lo que vimos tenia cuestas con mucha pendiente.

Desde aquí continuamos avanzando por la vía dejando de lado el camino Natural, El sol aprieta duramente , nuestro camino termina a la entrada del pueblo, todavía ternemos que salvar un buen desnivel para llegar a Cañamero, atravesamos un polígono industrial y cuando vamos ya con la legua fuera vemos una sombra detrás de una tapia y nos paramos un rato a tomar resuello y refrescarnos, el que esta mas fresco del grupo sale a indagar donde nos encontramos y vuelve con la noticia de que enseguida podemos entrar por la parte baja del pueblo para buscar un bar donde beber algo.
















Después de reemprender la marcha cruzamos la carretera y nos metimos en el pueblo bajamos un par de cuestas y callejeando por el pueblo al principio montados y cuando se puso cuesta arriba, empujamos las bicicletas intentando localizar un bar donde tomar algo, una señora nos informa que tenemos que subir a la parte alta del pueblo, por donde pasa la carretera hay varios bares y podemos tomar algo, por fin llegamos a la carretera y vemos las terrazas de varios bares, vamos hacia Bar Tap´s nos tomamos varias cervezas y vemos el mundo de otro color.


Después de un rato de descanso tenemos que hacer el camino de vuelta, es mucho más liviano al principio todo cuesta abajo, hasta que llegamos al cruce que con el camino que salva el túnel, donde decidimos seguir por el Camino Natural, al principio es llano pero después es muy ondulado pues sigue el terreno tal cual sin ningún tipo de movimiento de tierra, lo que supone más esfuerzo, por fin después de cruzar un puente sobre la antigua vía ferroviaria nos plantamos de nuevo en el complejo rural donde vivimos, nos tomamos unos refrescos y nos dimos una buena ducha.















Volvimos a Cañamero a comprar carne y viandas variadas para hacer una barbacoa a una tienda de productos de la tierra, como siempre en estos casos dimos muchas vueltas por el local, pero poco a poco se concreto la compra, los del establecimiento quedaron encantados nos regalaron queso en aceite.

La barbacoa resulto muy bien pese a que no disponíamos de herramientas adecuadas, pero nos apañamos, todas las carnes estaban buenísimas, solo se nos hizo un poco duro el vino de Pitarrade Cañamero.













Hoy domingo tenemos planeado hacer como la mitad del recorrido, hasta la estación de Madrigalejo, pero el destino tenía otra idea sobre nuestras actividades; el día comenzó mal, desayunamos en otro chozo y habíamos dejado la llave puesta por dentro, se nos cerró la puerta, nos quedamos en pijama en la calle, no había nadie en la recepción para que nos dieran una copia de la llave, todas las ventanas tenían mosquitera atornillada intentamos quitar los tornillos con una navaja pero la cosa fue laboriosa, al final pudimos entrar a prepararnos para comenzar la marcha del día, salimos sobre las 10 después de tanto retraso, llegamos a Logrosan sin problemas y después de inmortalizar el momento seguimos el recorrido.



Es un paisaje de dehesa, todo estaba muy verde hacia pocos días que había llovido, hay muchas cigüeñas, cuando nos ven pasar levantan el vuelo, cuando llevamos un rato paramos en una sombra y descubrimos que una  bicicleta tiene pinchada una rueda,  nos ponemos a ello y en 15 minutos reanudamos la marcha.

Continuamos rodando hasta que oigo un derrapaje y un golpe tiro la bicicleta y veo a Lola en el suelo entre unas zarzas, intento sacarla pero no se mueve, parece inconsciente, me quedo parado pero llega Luisa y entre los dos la sacamos de los pinchos y la colocamos boca arriba, vuelve en sí, le hacemos una sombra para que este un rato tumbada hasta que se encuentre mejor, vamos a una sombra y toda su preocupación es que le ha pasado pues no tiene ni idea de que le ha ocurrido, nos empezamos a preocupar cuando no recuerda nada de lo acontecido durante la mañana, alguien llama al 112 explicando la situación y donde nos encontramos, nos piden que intentemos sacarla a la carretera por si la ambulancia no puede llegar, dos personas se van en bici para ver si pueden salir a la carretera y vuelven montados en un viejo Land Rover que se ofrece a sacarla a la carretera pues no puede circular fuera de campo, se van dos con Lola que ya ha recobrado la memoria de todo el día menos del momento de la caída; los demás regresamos en bicicleta por el mismo camino.















Al cabo del rato vemos una ambulancia y la Guardia Civil en el horizonte cuando llegamos ya están atendiendo a Lola y preguntando sobre las circunstancias del accidente, dicen que no tiene nada, pero le recomiendan que no haga ejercicio durante 24 horas y la llevan a los alojamientos.














Esa tarde la dedicamos al relax reparar el pinchazo y otros pequeños ajustes; después nos enteramos que el coche de la Guardia Civil pincho a la vuelta  y no llevaban rueda de repuesto, cosas que pasan.















Esa noche me da un calambre en una pierna e instintivamente suelto  varios tacos y salto de la cama sin acordarme que no estoy solo en la habitación.















Al día siguiente la mañana la dedicamos al turismo fuimos a ver Medellín al lado de Don Benito, como era lunes no enseñaban nada pero pudimos subir al castillo y ver las excavaciones del teatro romano y la plaza del Hernán Cortes, también realizamos compras de pescado pues Lola nos iba a hacer una de sus famosas paellas.
















Despues de disfrutar de la paella y cuando bajo un poco el sol realizamos un pequeño recorrido por las inmediaciones de la estación de Madrigalejo, tuvimos un fallo pues al hacer la aproximación cogimos un camino rural asfaltado,  pues parecía más corto, pero estaba en muy mal estado de conservación y tuvimos que esquivar muchos agujeros.


El tramo que realizamos fue de desde el cruce del camino con la V.V. hasta las ruinas de la estación de Zorita, la vuelta nos sirvió para descubrir los caminos de servicio de los canales de regadío autenticas autopistas para los ciclistas, una parte del paisaje era de dehesa y otra de regadío, ya en los coches pasamos por dos centrales térmicas solares que están haciendo junto al pueblo.















El martes día de San Isidro nos fuimos a Villanueva de la Serena para desde allí hacer otra parte de la Vía, nos costó un poco dar con la estación pero cuando vamos a comenzar a caminar hay una bici pinchada, perdemos un rato en la reparación pero nos ponemos en marcha, salimos de la ciudad vamos pasando junto a huertos y chalet hasta que llegamos a un rio, que cruzamos por el puente del tren, con algunas variantes seguimos el camino, su estado de conservación es bastante lamentable, pues parece que se han olvidado de él desde su inauguración, se lo está comiendo la maleza, por fin llegamos a nuestro objetivo la estación de Campolugar, nos comemos unos huevos duros que traíamos y descansamos un rato.
















Uno de los edificios de la estación está cubierto de nidos de cigüeñas con polluelos que en cuanto nos ven acercarnos levantan el vuelo, retornamos al camino poco a poco volvemos hacia la ciudad, el tramo del final se me hace duro hace mucho calor.













Han visto un bar cerca de donde nos encontramos y nos dirigimos hacia él para refrescarnos y comer algo, Lola se baja de la acera pues no es muy ancha y le recomiendo que se suba pues vamos en sentido contrario, al intentar subir el bordillo sin poner pie a tierra la rueda resbala dándose un golpe contra el suelo, haciéndose una luxación de hombro, en principio no somos conscientes de ello, pero como el dolor va a mas, la acompañan al hospital que está relativamente cerca y allí le colocan el hombro y le ponen el brazo en cabestrillo.

















Aquí terminan las aventuras de un viaje azaroso que pese a todo no resulto mal, el viaje de vuelta fue sin nada digno de mención.



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